A veces me descubro niña que juega sin miedo a caer, que juega sin nada que temer. A veces y solo a veces me descubro niña que llora porque se acaba de perder y no encuentra consuelo que alguien le de. De vez en cuando descubro a una niña que se enfrenta al recelo de querer, porque alguien un día le dijo que era demasiado buena y que eso acabaría con ella. Pero no le importa, porque ella no lleva consigo la carga de perdonar a quien mal hizo No sostiene una conciencia que la culpe de todos los daños provocados por una ilusión que se quedó en vano. Siente que prefiere ser la inocente a la decadente, que prefiere ser la ingenua antes que la serpiente que se muerde con sus propios dientes. Que triste sería acabar siendo la risa que se alegra de la pena que imbuye a todos los demás