Para leer, sentir y vivir "La buena suerte" de Rosa Montero hay que haber tenido en la vida la mala suerte de haber coincidido con la gente incorrecta, con personas que tras haberlos querido con todo tu ser te decepcionan de la manera más perversa. Una decepción y un dolor que te hacen huir, quien sabe si del daño o de la vergüenza de haber amado a alguien así.
Y es que por desgracia nunca elegimos a quien amamos.
Uno de los ejemplos que la autora expone en el libro para tratar de conectar los sentimientos del protagonista con los del lector, son los atentados que tuvieron lugar en 2017 en La Rambla.
Es curioso porque hace unos días mientras terminaba las últimas páginas, se estrenaba el documental "800 metros" que precisamente relataba este suceso y todo el horror que se vivió el 17 de agosto en Barcelona y Cambrils.
En el se muestran los vídeos donde los terroristas, "chavales de diecisiete, dieciocho y diecinueve años con la cabeza podrida por los dogmas", como describe la propia autora, preparaban lo que más tarde iba a llevarse por delante la vida de dieciséis personas. Cuando uno contempla esos vídeos se da cuenta de que los verdaderos actos que dañan a la humanidad nunca vienen de esos grandes villanos que salen en las películas, vienen de personas que quizás estén a tu lado.
Todos juzgamos y condenamos a los malos cuando aparecen en las noticias, pero ¿y cuando uno de estos malos resulta ser tu hermano o incluso tu hijo? ¿Qué se hace? ¿Se llora? ¿Se huye? o ¿Se siente la culpa por haber tenido a tu lado a alguien así?
Estas son las preguntas a las que tanto Pablo, el protagonista de la novela, como el resto de seres humanos nos tenemos que enfrentar en determinados momentos.
A veces nos culpamos de situaciones ajenas a nosotros, lloramos, gritamos e incluso huimos...hasta que comprendemos que uno nunca es culpable del mal que otro ejerza y que tratar de convertirse en uno de ellos por venganza es el acto más inútil que podemos llegar a cometer.
La madre de uno de los terroristas, el 19 de agosto, con el dolor doble de haber perdido a un hijo y de ser consciente de que este era el causante de la muerte de todo el resto, salió a las calles para gritar junto a una ciudad entera el lema de "No tenemos miedo", "No al terrorismo", "No en mi nombre"
Quizás ese sea el ejemplo exacto, el punto de conexión entre la obra y la realidad. Asumir haber amado al diablo, enfrentarse sin culpa y mostrar al mundo que la maldad tiene un camino muy efímero.
Esto es "La buena suerte" de Rosa Montero. Una historia que te hace entender que el Bien prevalece y que el verdadero éxito es vivir en paz. Al final lo único que nos queda es una conciencia tranquila y saber que pese a todo lo que vamos perdiendo por el camino, siempre nos quedará el recuerdo de los que hemos querido o la ilusión de todo lo que nos queda por querer.
Amar siempre será la respuesta al odio y al miedo que algunos tratan de imponer.
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